La "Yeshua" de Dios

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Introducción

A muchos de nosotros nos gusta una buena historia de aventura donde de pronto vemos una escena de un gran rescate.
Hay una damisela en apuros - ya sea porque ha sido secuestrada, o porque está en el muro de un castillo siendo custodiada por un dragón, etc.
De pronto vemos que llega el caballero andante, valiente, sin temor, listo para luchar contra los villanos o el dragón, y así rescatar a la damisela.
La historia de la Biblia presenta esta historia (la historia del rescate / salvación) una y otra vez; lo vemos:
En el rescate de Noé y su familia de morir en el diluvio
En el rescate de Lot de morir a causa del juicio que Dios envió sobre Sodoma y Gomorra
En el rescate de de los hebreos cuando Aman había manipulado al rey para que fuesen exterminados los hebreos en el reino Medo Persa
Dios es un Dios salvador.
Dios es un Dios que libra a su pueblo.
Dios es un Dios que rescata al pueblo que ha llamado.
Dios es un Dios que vela por aquellos que se han unido a él.
Por tanto, hoy vamos a considerar la obra de rescate que Dios obró al librar a los hebreos de morir ahogados en el Mar Rojo o a manos de los egipcios que los perseguían. Hoy veremos:
Dios es glorificado cuando rescata a su pueblo
Dios rescata aun cuando nuestra fe es débil
El Dios que guía es el mismo que protege

I. Dios es glorificado cuando rescata a su pueblo

Dios no es sorprendido por nada de lo que sucede en este mundo.
Dios es soberano y conoce el pasado, presente, y futuro.
Su voluntad nunca se ve frustrada y sus planes jamás se ven estorbados.
Por tanto, cuando Faraón sale de Egipto tras los hebreos que han sido liberados - esto no toma a Dios por sorpresa. Es más, el hecho de que Faraón sale a perseguir a los hebreos es parte del plan divino:
Éxodo 14:1–4 NBLA
El Señor habló a Moisés y le dijo: «Di a los israelitas que den la vuelta y acampen delante de Pi Hahirot, entre Migdol y el mar. Ustedes acamparán frente a Baal Zefón, en el lado opuesto, junto al mar. »Porque Faraón dirá de los israelitas: “Andan vagando sin rumbo por la tierra. El desierto los ha encerrado” »Pero Yo endureceré el corazón de Faraón, y él los perseguirá. Y seré glorificado por medio de Faraón y de todo su ejército, y sabrán los egipcios que Yo soy el Señor». Y así lo hicieron.
Dios mismo ha de endurecer el corazón de Faraón de tal manera que saldrá a perseguir a los hebreos e intentar atraparlos ahora que están atrapados entre el desierto y el mar.
Pero, notemos el propósito por el cual Dios hace esto:
Dios va a ser “glorificado”.
Lo que Dios va a hacer será con el motivo de dar a Dios la gloria, el reconocimiento, el honor, la alabanza, la adoración.
Lo que Dios va a hacer será para valorar por encima de todas las cosas el nombre y la persona de Dios.
El endurecimiento del corazón lo vemos manifestado en 5-9:
Éxodo 14:5–9 NBLA
Cuando le anunciaron al rey de Egipto que el pueblo había huido, Faraón y sus siervos cambiaron de actitud hacia el pueblo, y dijeron: «¿Qué es esto que hemos hecho, que hemos permitido que Israel se fuera y dejaran de servirnos?» Faraón preparó su carro y tomó consigo a su gente. Tomó 600 carros escogidos, y todos los demás carros de Egipto, con oficiales sobre todos ellos. El Señor endureció el corazón de Faraón, rey de Egipto, y este persiguió a los israelitas, pero estos habían salido con mano fuerte. Los egipcios los persiguieron con todos los caballos y carros de Faraón, su caballería y su ejército, y los alcanzaron acampados junto al mar, junto a Pi Hahirot, frente a Baal Zefón.
Faraón sale con un ejército inmenso.
No es un ejército que va a para hacer guerra contra Israel. En este caso, saldría la infantería de Egipto.
En este caso, salen 600 de los carros de Faraón, junto con sus altos oficiales. Es un grupo policiaco que ha salido para capturar a los esclavos que fueron liberados.
Los egipcios saben que van a atrapar a los hebreos porque no tienen a donde huir.
Los hebreos están en una situación precaria - por un lado tienen al mar y por otro lado pronto tendrán los 600 carros de Faraón que han venido a capturarlos y hacerlos regresar a Egipto.
Sin embargo, aunque la situación parece un callejón sin salida, sabemos que Dios va a obrar.
Dios va a obrar porque tiene un propósito en todo lo que está ocurriendo.
¿Cuál es este propósito? - para que el nombre de Dios sea glorificado.
Éxodo 14:17–18 NBLA
»Pero Yo endureceré el corazón de los egipcios para que entren a perseguirlos. Me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería. »Entonces sabrán los egipcios que Yo soy el Señor, cuando sea glorificado en Faraón, en sus carros y en su caballería».
Dios sabe que su obra de rescate será tan maravillosa de tal manera que el nombre de Dios sea glorificado.
Dios sabe que su obra será tan increíble, que las generaciones futuras tendrán que dar la gloria a Dios por lo que él hizo con sus padres.
¿Por qué será que Dios rescata con el propósito de que su nombre sea glorificado?
Una y otra vez vemos en la Biblia que Dios rescata para mostrar que nadie más pudo haberlo hecho.
Dios rescata para mostrar que la situación era tan imposible, tan devastadora, que no había ningún otro medio de salvación sino por medio de Dios mismo.
Por tanto, su nombre es glorificado porque nadie más se puede llevar el crédito por esta obra de rescate - solo Dios salva.
Por cierto, hoy quiero alabar a Dios por lo que ha hecho en la revocación de Roe v. Wade que había legalizado el aborto en los EEUU.
Cuando la situación era imposible - cierto partido (pro-aborto) controlando la Casa Blanca, cierto partido controlando el Congreso.
Cuando muchos políticos hicieron promesas en cuanto a esta cuestión y nunca hicieron nada al respecto.
…cuando millones de vidas eran exterminadas en el vientre y millones de dolares eran donados a ciertas clínicas que prestaban estos servicios…y cuando estas mismas organizaciones pro-aborto donaban millones de dolares para mantener en poder a políticos que les brindaban protección.
…de pronto Dios determinó en su soberana voluntad poner un alto, un hasta aquí, y por el momento proteger las vidas de cientos de miles de vidas indefensas pudieran recibir la misma protección de cualquier otra vida fuera del vientre.

II. Dios rescata aun cuando nuestra fe es débil

Veamos el grito de desesperación de los hebreos.
Por un lado están las aguas del mar rojo.
Ellos eran esclavos.
Los trabajos forzados en Egipto los mantenían cociendo ladrillos día tras día.
Ellos no eran marineros y mucho menos pescadores.
El mar para ellos era un lugar de misterio, de peligro, de temor.
Y por otro lado pueden observar que el ejército egipcio cada vez se acerca más y más.
Éxodo 14:10 NBLA
Al acercarse Faraón, los israelitas alzaron los ojos, y vieron que los egipcios marchaban tras ellos. Entonces los israelitas tuvieron mucho miedo y clamaron al Señor.
Su corazón se llena de temor.
Sus fuerzas desfallecen.
Entran en un estado de confusión, de pánico, de desesperación.
No podemos culpar a los hebreos porque nosotros mismo nos hemos encontrado en situaciones de prueba donde hemos actuado de la misma manera.
Al fin y al cabo, somos humanos.
Somos barro.
Somos faltos de fe.
Somos debiles.
Notemos su falta de fe y desesperación:
Éxodo 14:11–12 NBLA
Y dijeron a Moisés: «¿Acaso no había sepulcros en Egipto para que nos sacaras a morir en el desierto? ¿Por qué nos has tratado de esta manera, sacándonos de Egipto? »¿No es esto lo que te dijimos en Egipto: “Déjanos, para que sirvamos a los egipcios”? Porque mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir en el desierto»
Levantan una queja contra Moisés.
¿Acaso no habían sepulcros en Egipto?
Por un lado miran el sepulcro del mar donde seguramente morirán ahogados si tratan de cruzar nadando.
Por otro lado ven los 600 carros del Faraón, guiados por sus mejores oficiales para atraparlos o darles muerte en el intento.
Están desorientados, están confundidos, no saben que hacer.
Dios puede responder de una de dos formas:
Dios puede juzgarlos por su falta de fe y permitir que sean atrapados por los egipcios.
…o, Dios puede librarlos de sus enemigos, salvarlos, rescatarlos y cumplir su promesa.
Dios obra librando a su pueblo, mostrando que él es el Dios que rescata:
Éxodo 14:13–14 NBLA
Pero Moisés dijo al pueblo: «No teman; estén firmes y vean la salvación que el Señor hará hoy por ustedes. Porque los egipcios a quienes han visto hoy, no los volverán a ver jamás. «El Señor peleará por ustedes mientras ustedes se quedan callados».
Dios los va a rescatar.
Dios va a salvarlos de sus enemigos y jamás tendrán que ver las caras de sus enemigos.
Dios va a acabar con sus enemigos egipcios, para siempre.
Dios mismo va a hacer la obra.
Ahora, esto nos enseña que nosotros, su pueblo, cuando más necesitamos el rescate y la salvación de Dios es cuando nuestra fe es débil / desfallece / se desmorona.
El Dios de nuestra salvación nos rescata cuando estamos tocando fondo.
El Dios de nuestra salvación nos rescata aun en medio del pánico, en medio de la duda, en medio de la desesperación, en medio de la incredulidad.
Es por eso que el nombre de Dios es glorificado - porque si somos realistas, Dios muchas veces no nos ha rescatado por nuestra gran fe, por nuestra gran confianza en Dios.
Dios nos ha rescatado en base a su gran misericordia, en base a su gran amor, en base a sus promesas fieles, nos salva para que su nombre sea glorificado.
Dios rescata porque sabe que estaríamos perdidos si él no nos rescatara.
Lamentaciones 3:22–23 NBLA
Que las misericordias del Señor jamás terminan, Pues nunca fallan Sus bondades; Son nuevas cada mañana; ¡Grande es Tu fidelidad!
Esta es la gracia y misericordia de Dios, que aunque no merecemos su rescate, aunque ha desfallecido nuestra fe, Dios entra en el momento preciso para rescatarnos como si fuera:
Éxodo 19:4 NBLA
“Ustedes han visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo los he tomado sobre alas de águilas y los he traído a Mí.

III. El Dios que guía es el mismo que protege

¿Recuerdan quien va con los hebreos en el desierto?
Va el mismo Dios. Esto lo vimos en Éxodo 13.
Éxodo 13:17 NBLA
Cuando Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los guió por el camino de la tierra de los filisteos, aunque estaba cerca, porque dijo Dios: «No sea que el pueblo se arrepienta cuando vea guerra y se vuelva a Egipto».
Dios va guiando a su pueblo desde la columna de nube / fuego.
Pues veamos lo que ahora sucede:
Éxodo 14:19–20 NBLA
El ángel de Dios que había ido delante del campamento de Israel, se apartó, e iba detrás de ellos. La columna de nube que había ido delante de ellos, se apartó, y se les puso detrás, y vino a colocarse entre el campamento de Egipto y el campamento de Israel. La nube estaba junto con las tinieblas. Sin embargo, de noche alumbraba a Israel, y en toda la noche no se acercaron los unos a los otros.
Este mismo ángel de Dios, es Dios mismo.
Lo sabemos porque cuando se quita de ir en frente para ir detrás…en seguida vemos que sucede lo mismo con la nube.
De tal manera que ahora la nube ahora se pone como una barrera entre los hebreos y los egipcios.
El mismo Dios quien los guía es el mismo Dios que ahora los protege de sus enemigos.
La nube / el ángel de Dios / Dios mismo ahora se interpone como un muro para apartar a los egipcios de sus amados hijos - los hebreos.
El Dios que los ha guiado al desierto, en el cual han creído, en el cual han depositado su fe, en el cual han confiado y puestos sus vidas en sus manos - es el mismo Dios que ahora los protege de manos de sus enemigos.
Pueblo de Dios, no tenemos un Dios que solamente nos exige creer en él, orar a él, cantarle a él.
Creemos en un Dios que nos rescata.
Creemos en un Dios que nos libra de nuestros enemigos.
Creemos en un Dios que hace maravillas, hace milagros, muestra su poder para protegernos de aquellos que pretenden acabar con nosotros - aun el mismo diablo y los demonios.

Conclusión

Al final de esta historia vemos que el pueblo de Dios cruza el mar que ha sido dividido en dos.
Moisés ha extendido su mano y se ha abierto el mar en dos de tal manera que Israel pasa sobre lo seco.
Éxodo 14:22 NBLA
Los israelitas entraron por en medio del mar, en seco, y las aguas les eran como un muro a su derecha y a su izquierda.
De pronto, los egipcios comienzan a correr tras los hebreos:
Éxodo 14:26–28 NBLA
Entonces el Señor dijo a Moisés: «Extiende tu mano sobre el mar para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros y su caballería». Y Moisés extendió su mano sobre el mar, y al amanecer, el mar regresó a su estado normal, y los egipcios al huir se encontraban con él. Así derribó el Señor a los egipcios en medio del mar. Las aguas volvieron y cubrieron los carros y la caballería, a todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar. No quedó ni uno de ellos.
El mismo Dios que guió a Israel, el mismo que abrió el mar para que sus hijos pasaran sobre lo seco, ahora hace caer las aguas sobre los egipcios ahogándolos dentro del mar.
Así Dios acabó con cada uno de ellos.
Dios cumplió su promesa. Jamás volverán a ver las caras de los egipcios.
Moisés resume la escena del triunfo y rescate:
Éxodo 14:29–31 NBLA
Pero los israelitas pasaron en seco por en medio del mar, y las aguas les eran como un muro a su derecha y a su izquierda. Aquel día el Señor salvó a Israel de mano de los egipcios. Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. Cuando Israel vio el gran poder que el Señor había usado contra los egipcios, el pueblo temió al Señor, y creyeron en el Señor y en Moisés, Su siervo.
Mientras los hebreos estaban a salvo, recuperándose del pánico, del miedo, del temor, tratando de recuperar su respiración, pueden ver los cadáveres de los egipcios tendidos sobre las arenas del mar.
Dios los ha librado. Han visto una muestra del gran poder de Dios y esto los lleva a temer a Dios y fortalecer su fe aun más en Dios.
Ahora, porque es que hemos titulado este sermón “La Yeshua de Dios”?
La palabra “yeshua” aparece en el versículo 13.
Éxodo 14:13 NBLA
Pero Moisés dijo al pueblo: «No teman; estén firmes y vean la salvación que el Señor hará hoy por ustedes. Porque los egipcios a quienes han visto hoy, no los volverán a ver jamás.
Esta palabra hebrea se traduce como “salvación”.
¿Saben quien en el Nuevo Testamento se llama “yeshua”, es decir - el salvador, la salvación de Dios?
¿Saben quien es aquel que salvará a su pueblo de sus pecados?
Mateo 1:21 NBLA
»Y dará a luz un Hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados»
Es Jesús. Jesús es la salvación de Dios para la humanidad.
Jesús es la máxima manifestación del rescate de Dios para la humanidad.
Jesús nos libra de nuestros enemigos, nos libra de Satanás y los demonios, nos libra de nuestro pecado, nos libra del infierno, nos libra de la condenación y la ira de Dios.
Jesús es el rescate de Dios para nosotros - porque de no haber sido por Jesús; jamás podríamos salvarnos a nosotros mismos.
Es por eso, que hoy venimos a este lugar a glorificar, y lo hacemos semana tras semana, para dar a Dios gloria, alabanza, y honor por la obra de rescate a través de su hijo Jesucristo; a quien es gloria para siempre jamás.
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